Bienvenidos al blog del Departamento de Música del IES Fray Pedro de Urbina

Este blog está realizado por y para los alumnos de Música del IES Fray Pedro de Urbina. En él podréis encontrar algunas de las muchas actividades que se vienen realizando en el aula, así como enlaces, apuntes, audiciones, videos y todo tipo de materiales que seguro que os resultarán de utilidad. La finalidad de esta herramienta es exclusivamente didáctica y como complemento a lo que se trabaja durante las clases. Sin embargo, está abierto a todas aquellas personas que muestren inquietud por el proceso musical, por lo que serán bienvenidas todas aquellas aportaciones o sugerencias encaminadas a su mejora y actualización de contenidos.

miércoles, 21 de abril de 2010

Música instrumental barroca en Inglaterra

Música instrumental barroca. Música al servicio de la Monarquía


“Música acuática”

Preludio de la Suite nº 2



El 17 de julio de 1717 Jorge I celebró un fastuoso paseo musical por el Támesis, entre Whitehall y Chealsea, acompañado de un nutrido cortejo nobiliario y seguido por multitud de curiosos en barco y desde las riberas del río. Junto a la gabarra del rey estaba la de los músicos…., que tocaron toda clase de instrumentos; a saber, trompetas, trompas de caza, oboes , fagotes, flautas alemanas (traveseras), flautas francesas (de pico), violines y contrabajos, pero sin voces. Este concierto había sido compuesto expresamente para la ocasión por Händel. Fue tan aprobada por Su Majestad que, aunque cada ejecución duró una hora, la hizo repetir tres veces, dos antes y una después de la cena. (Friedrich Bonet, representante prusiano en Londres)



“Música para los Reales Fuegos Artificiales”

La Réjouissance (El regocijo)

En octubre de 1748 se firmó la Paz de Aquisgrán que ponía fin a la Guerra de Sucesión de Austria, en la que Gran Bretaña había participado apoyando los intereses austríacos frente al bloque franco-prusiano. Como consecuencia de todo ello Jorge II (¿recuerdas Zadok de Priest?) estaba exultante, ya que por fin había logrado que Francia reconociera la legitimidad de la dinastía Hannover. Y quiso celebrarlo con la mayor solemnidad. Para ello se organizó una gran ceremonia civil, cuya escenografía se encargó al prestigioso arquitecto Giovanni Servandoni, experto en espectáculos teatrales, que ideó una magnífica estructura al más puro estilo barroco, con toda la carga simbólico-propagandística habitual en tales casos. La “máquina”, como se denominó, de más 120 metros de largo, representaba un magnífico templo dórico. De allí surgirían, mediante un mecanismo especialmente preparado por pirotécnicos, los fuegos artificiales, mostrándose en el momento culminante una representación de Jorge II ataviado como dios griego y flanqueado por Neptuno y Marte, dioses del mar (símbolo britano por antonomasia) y la guerra, llevando la paz a Britania.


La música tenía su momento inmediatamente antes de que ciento una salvas de artillería dieran la señal para el inicio de los fuegos artificiales. Se encomendó, como no podía ser menos, a Händel. Al ensayo previo a la ceremonia se calcula que acudieron más de 12000 asistentes. Algún periódico no olvidó reseñar que la extraordinaria afluencia de carruajes y gentío bloqueó el puente de Londres durante tres horas ¡los atascos del siglo XVIII!


La ceremonia resultó menos brillante de lo esperado por la lluvia y loso fallos técnicos, que afectaron a la iluminación y a una parte de la pirotecnia. Para colmo, ardió uno de los pabellones de la Máquina y Servandoni, fuera de sí, agredió al interventor de los Fuegos Artificiales de Su Majestad para la Guerra y los Triunfos, dando con sus huesos en prisión. Demasiados incidentes como para que los relatos de los testigos se ocuparan del impacto causado por la música. Pero Händel no perdería la ocasión de presentarla de nuevo en público. Desde entonces, la pieza ha estado entre las favoritas del gran público. Fue la última obra que Händel compuso para la corte británica.

http://www.goear.com/listen/8fa8015/mãºsica-para-los-reales-fuegos-artificiales_la-rã©jouissance-hã¤ndel


martes, 13 de abril de 2010

Resolución al reto

Finalmente, habiéndose recibido en esta segunda edición un número considerable de correos tratando de dar con las respuestas exactas que se planteaban en torno a un elemento escultórico que se conserva en Miranda de Ebro, ha sido Eduardo Castañeda, alumno de 2º de la ESO B, quien envió en primer lugar la resolución de este nuevo reto.
Las respuestas (en negrita) que Eduardo nos ha enviado han sido las siguientes:

Seguro que lo has visto en más de una ocasión, ya que lo representaron en tu ciudad hace más de un siglo. Es un pastor y se encuentra en un edificio que se llama La Sagrada Familia que se ubica en la calle Arenal .Como puedes observar en sus manos tiene un objeto que se lleva a la boca y que se conoce con el nombre de flauta de pan. El hecho de que este objeto reciba este nombre viene dado a que según la mitología clásica su inventor fue Pan, un dios un tanto peculiar ya que nada le gustaba más que la siesta, cuidar de sus rebaños y seducir a las ninfas. Precisamente persiguiendo a la ninfa Siringa, ésta que no quería saber nada de él se transformó en una caña y, como no pudo distinguirla del resto cortó varias al azar e hizo una siringe (syrinx). En muchas obras del arte clásico ha sido representado y, como puedes ver en la siguiente imagen, se puede comprender por qué las ninfas salían corriendo en cuanto le veían (es el que se encuentra a la izquierda de la imagen). En dicha ilustración aparece junto al dios Apolo, que casualmente es el nombre con el que se conoce a un antiguo teatro que se halla en el casco histórico de tu ciudad.
Si ya le has encontrado y observas lo que está representado junto a él, sabrás que forma parte de una escena religiosa conocida como la adoración de los pastores.


Como véis no era tan difícil, o tal vez sí. Desde aquí agradecer los intentos y el esfuerzo que muchos de vosotros habéis realizado y animaros a participar en las próximas ediciones.
En los próximos días se hará entrega al ganador de un obsequio.

¡Enhorabuena Eduardo!